Procedencia: Barcelona
Grupos (Profesión): Promotor, manager y editor discográfico
Mikel Barsa, el legendario promotor, productor, manager y editor
discográfico, ha fallecido en Madrid el pasado 17 de junio. Desde hace
años vivía sin riñones, sometido a diálisis.
Mikel Barsa podía presumir de haber hecho de todo en la industria
musical, pero sus comienzos están ligados a la pintura (estudió Bellas
Artes en Madrid) y al activismo político antifranquista, motivo por el
que, para pasar desapercibido ante las fuerzas de orden público de la
dictadura empezaría a ser conocido por el apodo de Mikel Barsa (su
nombre real era Miguel Ángel Martínez), apellido elegido por haber
nacido en dicha provincia catalana, concretamente en Mataró. Barsa vivía
desde hace años sin riñones, sometido a diálisis. Fue precisamente su
ausencia a la sesión a la que debía someterse hoy martes, lo que desató
la alarma y se le encontró muerto en su domicilio, probablemente por
causas naturales. Amigos suyos habían hablado con él el pasado domingo.
Gran aficionado a la música, sus inicios fueron absolutamente amateur:
vendiendo y comprando discos los domingos en el Rastro de Madrid, hasta
que decidió “profesionalizarse” y creó Disco Barsa, la primera tienda de
discos de segunda mano de la capital, que se situaba en unos sótanos,
actualmente inexistentes, de la plaza de Canalejas.
Le fueron tan bien las cosas que abrió una segunda tienda en el barrio
de la Guindalera, en la calle Ardemáns. En la quincuagésimo segunda
entrega del podcast “Simpatía por la industria musical” le contaba a su
director y presentador, Carlos Galán, que llegó a tener 39 tiendas
repartidas por toda España, que cerró antes de que el famoso “top manta”
destruyera ese ramo de la industria musical, y que llegó a atesorar en
su colección personal unos 30.000 discos de vinilo, aunque “hace unos
veinte años supe que muchos de ellos no los volvería a escuchar jamás” y
los fue vendiendo hasta quedarse, finalmente, con unos 6.000: mil y
pico de ellos “sólo de los Kinks”, su grupo favorito, y de los que
publicó en la colección Los Juglares, de Ediciones Júcar, su primera
biografía en castellano. Su modelo de negocio era este: aún muerto
Franco seguían vigentes leyes franquistas que prohibían en España la
venta de discos como “Rock’n’roll Animal”, de Lou Reed, o “Zuma”, de
Neil Young, que él traía de Londres para sus tiendas.
Otra de sus vertientes profesionales fue la de promotor de conciertos,
rivalizando en precocidad con Gay Mercader, aunque nunca quiso
adentrarse en el “gran concierto” (aunque los organizara) y prefirió el
concierto “de sala”. El primer grupo que trajo a tocar a España, a
finales de los años setenta, fue la banda británica de jazz rock
Colosseum II, en una formación en la que figuraba el guitarrista Gary
Moore, que actuó en la Universidad Complutense. Tras ese primer éxito
comenzaría a trabajar organizando los primeros conciertos de grupos
españoles como Kaka de Luxe (el grupo seminal de la Movida madrileña).
Ese conocimiento de lo que estaba surgiendo propició que en 1982 pasara a
dirigir la sala Carolina, uno de los locales míticos, junto con
Rock-Ola y El Sol de aquella época, por donde pasaron bandas mod, punk,
ska o new wave como The Lambrettas, Any Trouble, Bad Manners o Boomtown
Rats (los de “I Don’t Like Mondays”), la primera banda de Bob Geldof.
Todas las secuencias musicales en directo de la primera película de
Pedro Almodóvar, “Pepi, Luci y Bom y otras chicas del montón”, se
rodaron, precisamente, en Carolina.
A lo largo de su vida ha organizado, en total, más de mil conciertos, de
artistas tan variados como músicos country como Johnny Thornton, de
rockabilly como Sleepy Labeef o Wanda Jackson o de rock duro, como Ian
Gillan, Bad Manners, UFO o sus también adorados Thin Lizzy. También han
pasado por sus manos grupos de new wave como Fischer Z o Ultravox, de
rock sinfónico como Rick Wakeman, Tangerine Dream o Camel. O de Flamin’
Groovies, a The Troggs, pasando por New York Dolls. En la época de
Enrique Tierno Galván como alcalde de Madrid, él fue quien trajo a
actuar a Madrid a Tina Turner en el Palacio de Deportes de Madrid y el
pabellón Anoeta de San Sebastián… Otra de sus vertientes profesionales
fue la de manager, que tuvo, como principal éxito, el de convertirse en
el manager para Europa, durante quince años, de Donna Summer. También
trabajó con infinidad de artistas italianos: desde Pavarotti a Nicola Di
Bari, pasando por Pino D’Angio, Jimmy Fontana, Cicciolina o Al Bano,
con el que también trabajó como manager durante quince años.
En los años noventa, con la aparición del cedé, Mikel creó su propia
compañía discográfica independiente, Discos Barsa, para abrir un mercado
insospechado: colecciones que realizaba para regalar con periódicos y
revistas como Cambio16, El País, La Vanguardia, El Correo Español-El
Pueblo Vasco, etcétera. O, incluso, regalando cedés recopilatorios con
la compra de una pizza familiar de Telepizza o con una bolsa grande de
patatas Lays, o con botellas de whisky: “fabricaba en España 15, 16 o 17
millones de discos al año, más que Sony o EMI juntas”, cuenta, entre
risas, en la citada entrevista con Carlos Galán. Suya fue también la
primera edición –un millón de copias–, del primer disco que se publicó
utilizando el nombre del programa de televisión “Esta noche cruzamos el
Mississippi”, que presentaba Pedro Navarro en Telecinco.
Barsa fue, también, fundador de la famosa Feria Discográfica de
Coleccionismo. La primera la realizó a principios de los noventa en
Londres y ese modelo lo expandió a España, Francia, Argentina (país en
el que vivió nueve años) o Portugal (donde también residió).
Carlos Sánchez, expresidente de Warner Music España y propietario de la
compañía discográfica Metales Preciosos, que tuvo una larga relación
profesional con él, le definía como “la persona que creó esta industria
cuando ni siquiera era industria. Su agenda de contactos internacionales
era infinita: sólo necesitabas llamarle por teléfono para que, en unos
minutos, fuera capaz de conseguir que Gloria Gaynor grabara un dueto con
Miguel Bosé [“Hacer por hacer”], sin intermediarios”. Su legendaria
energía y vitalidad y su enorme capacidad de improvisación e inventiva
quedarán siempre en el recuerdo.
[Fuente: Jesús Rodríguez Lenin para forbes.es]
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