Alfredo Calonge (1962-2014)
Procedencia: Barcelona
Grupos: Los Negativos
Hay días que, por despertarse con noticias funestas, empiezan con la
sensación de que el desayuno se le queda a uno algo más que atragantado.
Ayer fue uno de ellos, al recibir la mala nueva de la muerte de Alfredo
Calonge. El que fuera guitarrista y teclista de Los Negativos, amén de
compositor de buena parte del repertorio de la banda emblema de la
psicodelia española de los 80 y 90, falleció de un infarto en la
madrugada del martes en su domicilio barcelonés, de modo tan repentino
como inesperado.
La noticia del deceso de Alfredo, uno de los pioneros del movimiento mod
en la península, fue corriendo como un reguero de pólvora entre sus
allegados y seguidores, igual que una sombra negra saltando de teléfono
en teléfono, hasta el punto de que pocos músicos tan declaradamente
‘underground’ como él suelen recibir tal cobertura en los medios como la
que a última hora de la tarde de ayer registraban los buscadores de
Internet. Más todavía cuando el guitarrista, nada dado a protagonizar
titulares sensacionalistas o morbosos, siempre destacó por su
creatividad y su sentido de la estética, terrenos ambos en los que
cultivó una cuidada elegancia que reflejaba, de modo muy personal, su
querencia por todo lo que sonase, luciese u oliese a ‘sixties’.
Músico, fotógrafo, diseñador y discreto ‘dandy’ a la manera
neopsicodélica, su pasión por los 60 se fue incubando desde finales de
la década siguiente, y junto a Valentí Morató, Carles Estrada y Roberto
Grima formó en 1984 Los Negativos. En una época en la que el Mersey
Beat, The Jam y el revival sixties de la New Wave constituían los
principales ascendientes entre los mods españoles, ‘Piknik
caleidoscópico’, su primer álbum, abrió la espita para la recuperación
los sonidos posteriores a 1966, desde el ‘pop art’ a la psicodelia,
aparte de imponer entre la concurrencia a sus conciertos una imagen
donde abundaban las camisas de amebas y cortes de pelo estilo cacerola.
Además de imponer buena parte de estas consignas estéticas, Calonge fue
responsable en gran parte de la sonoridad peculiar de aquel álbum,
proponiendo y ejecutando los arreglos de clavicordio, órgano farfisa y
sitar que convirtieron a ‘Piknik...’ en un clásico instantáneo del pop
español desde casi su misma salida al mercado. De hecho, la cotización
media de un ejemplar original no bajaba hasta hace muy poco de los 200
euros, algo que atenuó en parte la esperadísima reedición que en 2006
realizó la discográfica Mushroom Pillow. Pero no sólo por su sonido y su
portada, sino por el pulso y el lirismo especiales que reinaban –y aún
reinan hoy- entre sus surcos, a base de temazos tan definitorios como
‘Graduado en underground’, ‘No soy yo (la psicoastenia)’, ‘En una
habitación realmente pequeña’ o ‘El club del cerdo violeta’. Una
colección apabullante de estampas de psicodelia urbana, suave desazón
adolescente, tripis de provincias o aluviones de cultura pop con
conocimiento de causa, cuando en el pop de entonces lo que mandaba era
triunfar con cancioncillas clonadas de los Hombres G o ensayar copias de
tercera sobre originales de El Último de la Fila.
Un segundo álbum ‘18º sábado amarillo’, apuntalaba en 1987 la
personalidad del grupo. Si bien no gozó de los honores dados a su debut,
el disco atesora pildorazos como ‘Bagdad’ o ‘Quién ocupó mi lugar’,
canciones tan directas y lúdicas como sentimentales y profundas,
convirtiendo el ‘spleen’ de cuatro veinteañeros inquietos de la
Barcelona preolímpica en nostalgia de unos tiempos que no vivieron. Una
jugada estética genial y convincente, que sin traicionar los postulados
mods les alejaba a años luz de fotocopias y revivalismos vacíos, pero
que, por desgracia, acabó por dividir a Los Negativos. Calonge y Grima
abandonaron el grupo a comienzos de los 90, fundando un nuevo proyecto
llamado Dr. Love, donde abundaban en la vena soulera que hasta aquel
momento no habían podido explotar. Aun así, la amistad entre los
miembros del cuarteto no se quedó en el camino, y en el disco ‘Puzzle’
de Negativos (sin ‘Los’), que Estrada y Morató publicaron en 1996,
Alfredo aportó su sitar en el tema ‘Los chicos de la calle del humo’,
llegando a diseñar un prototipo eléctrico de este instrumento que, hasta
la fecha, era la primera vez que se emprendía en España, tal y como
aseguraban sus ex compañeros en una entrevista a Jesús Ordovás en Radio
3.
Alfredo Calonge formó parte también de Bondage y Canary Sect, grupos de
menor impacto fuera de los círculos sesenteros, pero igual de cuidados
en presupuestos estéticos y acabado instrumental. Aparte de la rentrée
de Los Negativos con ‘Dandies entre basura’, disco de “ajuste de cuentas
con el pasado” publicado en 2009, que queda como testamento musical del
grupo que le dio a conocer. Y es que, tal y como él mismo firmó en uno
de los más espléndidos temas del grupo, ‘Mi muerte no será para
siempre’, así que celebremos que su talento se queda junto a nosotros y
que no nos abandonará jamás. Al menos cada vez que la aguja se pose en
el tocadiscos y su Rickenbacker nos recuerde que pasó por aquí, como un
esteta de foulard y ‘Chelsea boots’, entre arpegios y bajo sus
inconfundibles gafas oscuras.
Sin duda, él fue el verdadero ‘Graduado en underground’.
[Redacción Nuevaola80. Rafa A. Balbuena]
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