Muelle

Juan Carlos Argüello Garzo "Muelle" (1966-1995)
Procedencia: Madrid
Grupos: Pánico en el Teléfono, La Coartada y grafitero

Muelle, el más relevante de los flecheros murales, confesó un día la razón de por qué había decidido dejar de pintar sus firmas: "Ahora como no siento que soy espontáneo, lo dejé y ya no pinto en la calle."

Uno de los personajes más populares y a la vez enigmáticos de la cultura callejera y de barrio de Madrid, inmersa en aquel periodo que se conoció por La Movida, fue Muelle, alias tras el que se escondía un personaje bastante especial, Juan Carlos Argüello Garzo, músico baterista (Pánico en el Teléfono o La Coartada) y grafitero insuperable e irrepetible, tristemente fallecido de una gravísima enfermedad, que merece aquí el emotivo y particular recuerdo que se merece. Muelle, murió injustamente muy joven, a los 29 años. Quienes lo trataron a conciencia coinciden en que era una gran persona, con un carácter y una forma de ser fuera de lo común. Alguien que hacía amigos nada más conocer a alguien. Triste fue el día que la prensa de julio de 1995 anunció el triste desenlace: "El entierro de Muelle tendrá lugar hoy, a las ocho y media de la mañana, en el cementerio Sur de Madrid".

No es para menos, pero puede decirse sin temor a la exageración que el que tenga un Muelle fotografiado de aquellos años, que lo cuide porque ya no queda en Madrid ninguna de las firmas genuinas, salvo la de la pared de la calle Montera, que acabará desapareciendo bajo una capa de pintura blanca. Es auténtica; tiene todas las trazas de serlo, con el valor añadido de tratarse de una de las últimas por él realizadas, habiendo pasado a el dibujo engrosado y a dos o tres colores. Está en lugar difícil; en alto, por lo que es evidente que en su día, alguna noche, Muelle hubo de encaramarse hasta esa altura con una escala de mano. Toda una osadía cuando a escasos metros hay unas dependencias de la policía municipal. Alguien ya lo ha sugerido, y sería lo más acertado. Esa firma autógrafa debería protegerse de la intemperie con una armazón de cristal, porque no debería perderse el último testimonio gráfico de La Movida. Pero Muelle nunca fue personaje querido de las autoridades municipales, y con razón. Nadie niega las razones que se esgrimieron para perseguirlo, a él y a otros como él: Glub, Bleck, Remebe, que todo lo embadurnaban.

[Fuente: madridafondo.blogspot.com -Enlace original- ]

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